Contexto.
La cuenca del río Tunjuelo es el escenario natural, biofísico, sociocultural, político e histórico, que entreteje el sur de la capital colombiana. Este territorio ubicado en el corazón de la ciudad, contiene las divisiones político administrativas de Ciudad Bolivar, Usme, Tunjuelito, Bosa y parte de las localidades de Sumapaz, Rafael Uribe Uribe, Kenedy y San Cristóbal.
En el año 1938, la cuenca del río Tunjuelo fue el epicentro de las intervenciones ingenieriles por resolver el abastecimiento de agua para Bogotá. Fue entonces donde se construyeron monumentales obras para la época, como lo son la represa de la Regadera y posteriormente la represa de Chisacá. Ambas resultaron ser insuficientes para la demanda de una capital que crecía poblacionalmente.
Por la importante capacidad de arrastre de materiales pétreos y el cúmulo milenario de depósitos de minerales, el valle aluvial medio de la cuenca del río Tunjuelo, es decir, la parte donde se almacena material de arcilla y grava, ha sido objeto de explotación desde los años 1950 y por ende de esporádicos asentamientos de la obra de mano asociada a esta actividad.
En la década de los 80, se presenta otro asunto para la cuenca del río Tunjuelo. Es el destino de todas las basuras generadas por Bogotá. Se dispone que entre los cerros de Doña Juana en la localidad de Ciudad Bolivar y encima del río, se almacene todos los residuos de la capital.
Una década antes, ya se presentaba la presencia de curtidores, que animados por la actividad industrial de la transformación del cuero y al encontrar “ventajas” por tener un río cercano, se ubican en el sector de San Benito, con la presencia en la actualidad de más de 350 curtiembres.
La ciudad demanda suelo, y en los años 90 se dispara la construcción de vivienda de interés social y prioritario, así como la imparable informalidad en las localidades del sur, ubicada en la cuenca del río Tunjuelo. Haciendo que al año 2020 se cuente con más de 2.5 millones de habitantes en la cuenca, todos ellos con sus efectos correspondientes en torno a las aguas residuales domésticas, condiciones de riesgo, pérdida de habitabilidad, presión sobre escenarios naturales y por ende muy baja calidad de vida.
Los ecosistemas también se ven presionados por la extensión de cultivos, ya que las prácticas indebidas sobre suelo protegido y la utilización indiscriminada del suelo, agota los recursos naturales del territorio.
Aún y con todas las presiones mencionadas, la cuenca del río Tunjuelo posee un cuerpo de agua principal que en su mayoría se mantiene limpio. Nace en el páramo de Sumapaz entre lagunas glaciares y ríos de montaña. Alberga humedales, cerros de bosque alto andino, montes subxerofíticos, vestigios Muiscas, historias campesinas de lucha y resistencia, miradores únicos de ciudad y quizás, los más importantes procesos de ambientalismo popular urbano en Latinoamérica.
Como nació la Travesía por el río Tunjuelo
Año 1999 se gestaba al mismo tiempo y sin saberlo, una de las redes de mayor trascendencia para la recuperación de la cuenca del río Tunjuelo. Desde diversos lugares del territorio, procesos locales actuaban en defensa de su entorno y bajo el proyecto “río Tunjuelo: un río de vida en el sur de la ciudad”, liderado por la Fundación Fidhap, especialmente por Alfredo Ordoñez y Gloria Narvaez, se propiciaron los espacios para el encuentro en torno al río.
Políticas públicas, apropiación cultural del territorio, fortalecimiento de sujetos sociales e identidad territorial, eran los ejes de la actuación conceptual y organizativa que a finales del año 2000 en torno a la Mesa Interlocal del río Tunjuelo daba forma a una de las mayores redes de acción social para la defensa del territorio.
Empezando el año 2000 dos procesos fuertes se consolidan. De una parte actores de la Mesa Interlocal, junto con procesos comunales forman la Asamblea Sur, que desde Ciudad Bolívar liderados por Oscar Barón, Dora Peña y muchos más, abrían el debate político de fondo, para la recuperación integral de la cuenca. De otra parte se formaba el proceso juvenil Territorio Sur, que con liderazgo de Diego García, Johanna Garzón, Pedro Hernandez y muchos más, consolidaban un proceso de movilización juvenil con fuerte arraigo ancestral.
Una de las acciones lideradas por Territorio Sur y en especial por la Corporación Ambiental SIE fue el reconocimiento del territorio por los pies. Es así como decidieron en el año 2001, hacer el reconocimiento del río Tunjuelo desde donde nace hasta donde desemboca, para luego realizar la primera Travesía “Un río de vida para el sur de Bogotá”, en el año 2003, motivada en gran parte por el desbordamiento que cambió la vida del río y de sus pobladores.
Desde entonces, se camina el río por su ronda y por sus picos de montaña. Se duerme en sus orillas y constata con los pies su transformación. Se alimenta el alma con los ancestros y leyendas de sus aborígenes, se observa el cielo con más preguntas, y se percibe lo que el territorio nos quiere decir.
La travesía es una cita de caminantes, pobladores, dolientes y vivientes del sur de Bogotá, que desean reconocer el lugar donde viven y el río que los alimenta. Arranca en Sumapaz y llega a Bosa luego de 3 días y sus noches. También se ha hecho de para arriba, para cambiar la mirada y terminar en el páramo de Sumapaz con una quimera imagen de que algún día lo veremos totalmente recuperado.
Como creció la travesía por la cuenca del río Tunjuelo
Gracias a la compilación investigativa de Tatiana Silva, sabemos a detalle el desarrollo de cada una de las 11 travesías efectuadas desde entonces, de las cuales se hace el recuento así:
En el año 2005 se lleva a cabo la Travesía 2: un recorrido por la vida, la identidad y el sentido por lo propio.
Año 2006 Travesía 3: caminamos por la vida en todas sus expresiones y condiciones dignas, bajo la cultura del No Daño.
Año 2007 Travesía 4: de la Juventud por un sur sin más daño, reivindicando acciones de defensa e identidad para el reordenamiento del territorio.
Año 2008 Travesía 5: La Hisca, un diálogo con pobladores y defensa del patrimonio ancestral, en especial del hallazgo Muisca en Usme.
Año 2009 Travesía 6: La Suna Ta XIE, dedicada al agua como referente del ordenamiento territorial.
Año 2011 Travesía 7: Cultura del No Daño, caminar, activar y liberar. El objetivo se centró en el reconocimiento de las potencialidades del territorio y la búsqueda de la visibilización.
Año 2012 Travesía 8: Tiempos para recomponer y resignificar. Ante varias rupturas internas se dio la búsqueda de las relaciones interpersonales y la significación vital del territorio.
Año 2013 Travesía 9: El Tunjuelo nos mueve, se dio para la consolidación de procesos y actualización de las condiciones ambientales para afianzar la defensa del río.
Año 2015 Travesía 10: La Diez como la primera vez, Un río de vida para el sur de Bogotá. Consolidación de acciones por el buen vivir y el sentido de lo común.
Año 2017 Travesía 11: De pa`arriba: camino a la montaña. Búsqueda de significado de esperanza, de paz y de caminar la tierra bajo legado indígena Muisca.
Ahora, luego de 5 años, habiendo sufrido pandemia, fuertes movilizaciones sociales en el país y como una expresión de aguante, resurge la Travesía 12: Apriete!, como símbolo de resiliencia a un río y su territorio que sigue esperando su rescate. Esta vez la acción será cooperativa, y buscará desde las potencialidades del territorio, la identidad ancestral, la defensa natural, la productividad local y la cohesión social una caminata por el río más importante para el sur de Bogotá.
La travesía 12: Apriete!
Apriete!, es la palabra con la que nuestro guía de cierre de travesía, anima a quienes su paso se encuentra quedado. Es la forma de decirle al caminante, que vamos, que se puede, que lo va a lograr. Apriete es una expresión urbana propia de la travesía durante 11 versiones y le ha llegado la hora de ser reconocida, sobre todo por los tiempos pos pandemia que a muchas familias ha afectado. Apriete es la manera de decir que la resiliencia continúa, que las causas por la defensa del territorio siguen intactas y que esta limerencia por la recuperación de la cuenca del río Tunjuelo sigue viva, ahora, con aportes productivos cooperantes en torno al turismo de naturaleza.
Entre Guaches (guerreros) y Guarichas (mujeres de alta jerarquía), esta “chibchamenta”, hará de los puntos más sobresalientes de carácter natural y ancestral del territorio, los atractivos sobre los cuales se fomente la sustentabilidad, la identidad, el sentido de lo común y la dinamización productiva cooperante del territorio.
12 atractivos, recogidos en 4 series, con una serie especial de lugares místicos muiscas, comprenden el sentido de la travesía 12.
La serie de atractivos naturales para identificar, promocionar, articular y entretejer en torno a la cuenca, son a saber:
Serie Lagunas: Tunjo, Garzas y Cajita.
Serie Embalses: Regadera, Chisacá y Cantarrana
Serie Humedales: Tunjo, Tibanica y Burro-Vaca-Techo
Serie Cerros Mirador: Quibas, Juan Rey y Mirachuelo.
Serie especial ancestral: Hallazgo hacienda el Carmen, Cabildo Bosa y el Calendario Lunar.
Caminaremos entonces con quienes desde distintos lugares de la cuenca del río Tunjuelo, dinamizan acciones de reconocimiento, protección, productividad, cooperación y cuidado por el territorio. La travesía 12 encontrará a quienes fomentan el turismo de naturaleza, con criterios comunitarios, campesinos y organizativos de base.
Será un escenario que genere el alistamiento hacia el turismo de naturaleza, en medio de la conversación y el reconocimiento de los atractivos mencionados, un evento tipo “cita” con el territorio, para constatar en terreno las ventajas, propuestas de valor y recursos con los que contamos en la cuenca del río para una dinámica productiva y cooperante. Luego será un pretexto para articularnos, tejer en red y prestarnos la ayuda necesaria que permita recuperar la cuenca, en una lógica de acupuntura natural, con énfasis en el turismo de naturaleza.